Los italianos se pronunciarán los días 20 y 21 de septiembre sobre la reforma que busca reducir en un tercio los escaños del Senado y de la Cámara de Diputados. En un principio, la votación estaba prevista para el 29 de marzo, pero fue suspendida por la pandemia del coronavirus. La consulta popular se celebrará en las mismas fechas que las elecciones regionales de Véneto, Toscana, Campaña, Liguria, Marche, Puglia y el Valle d’Aosta.
De aprobarse la reforma, la Cámara de Diputados pasaría de 630 a 400 escaños y el Senado, de 315 a 200.
La medida ya había sido aprobada en octubre por amplia mayoría en ambos hemiciclos, pero la Constitución italiana obliga a someter la decisión a referéndum.
El texto plantea otras modificaciones como recortar el mínimo de senadores para cada región de 7 a 3, al igual que las provincias autónomas de Trento y Bolzano, y rebajar de 6 a 4 el número de miembros de la Cámara Alta elegidos en las circunscripciones extranjeras.
El proyecto ha sido impulsado el Movimiento 5 Estrellas, que gobierna en coalición con el Partido Demócrata en el Ejecutivo de Giuseppe Conte, como parte de su objetivo de acabar con “la corrupción y los privilegios de la élite política en Italia”.
Para aprobar la reforma debe obtener el voto favorable de la mayoría absoluta de votantes, sin quórum de participación. Todas las encuestas de intención de voto apuntan a una victoria del sí.
La votación de septiembre es el cuarto referéndum constitucional en la historia de la República Italiana.
El primero se celebró en octubre de 2001, promovido por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, y sirvió para enmendar la Carta Magna y otorgar más poderes a las regiones en educación, agricultura, sanidad y política fiscal.
Lo sucedió la votación de junio de 2006 sobre la implantación de un modelo de Estado federal para Italia que fue rechazada por la mayoría de la población.
La última consulta tuvo lugar en diciembre de 2016, también rechazada, buscaba poner fin al sistema bicameral italiano.
De aprobarse la reforma, la Cámara de Diputados pasaría de 630 a 400 escaños y el Senado, de 315 a 200.
La medida ya había sido aprobada en octubre por amplia mayoría en ambos hemiciclos, pero la Constitución italiana obliga a someter la decisión a referéndum.
El texto plantea otras modificaciones como recortar el mínimo de senadores para cada región de 7 a 3, al igual que las provincias autónomas de Trento y Bolzano, y rebajar de 6 a 4 el número de miembros de la Cámara Alta elegidos en las circunscripciones extranjeras.
El proyecto ha sido impulsado el Movimiento 5 Estrellas, que gobierna en coalición con el Partido Demócrata en el Ejecutivo de Giuseppe Conte, como parte de su objetivo de acabar con “la corrupción y los privilegios de la élite política en Italia”.
Para aprobar la reforma debe obtener el voto favorable de la mayoría absoluta de votantes, sin quórum de participación. Todas las encuestas de intención de voto apuntan a una victoria del sí.
La votación de septiembre es el cuarto referéndum constitucional en la historia de la República Italiana.
El primero se celebró en octubre de 2001, promovido por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, y sirvió para enmendar la Carta Magna y otorgar más poderes a las regiones en educación, agricultura, sanidad y política fiscal.
Lo sucedió la votación de junio de 2006 sobre la implantación de un modelo de Estado federal para Italia que fue rechazada por la mayoría de la población.
La última consulta tuvo lugar en diciembre de 2016, también rechazada, buscaba poner fin al sistema bicameral italiano.
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